viernes, 2 de noviembre de 2012

Delivery para pensar

Se me desocupó un local del que soy dueño en Belgrano y estoy en la duda de si alquilarlo nuevamente o ponerme yo un negocio de algo. Mi esposa me dice que un negocio de ropa. Pero me parece que por la zona en la que está, ponerse un negocio de ropa es fundirse por anticipado y eso no tiene sentido. Nadie quiere fundirse por anticipado. Entonces estuve pensando, bah, me comentó un amigo que ponerse un delivery en Belgrano es bastante buen negocio. De hecho, mis inquilinos anteriores tenían un delivery y les fue muy bien. Por eso dejaron de alquilar, sacaron un crédito y se están comprando su propio local, acá a un par de cuadras, en Avenida de Los Incas. Y a mí eso me tienta, pero por otro lado vivir de rentas es muy cómodo, se gana menos, pero no trabajar tiene lo suyo. Por ejemplo, poder esta en este momento escribiendo un blog. Tengo un amigo que decía que lo que más le gustaba era el ocio. Esa gente por lo general le da algún tipo de connotación intelectual, como si de esa manera se transformara en algo más aceptable socialmente o para ellos el hecho de no hacer nada. Lo que vulgarmente se conoce como no hacer nada. Porque uno siempre algo hace. Se tira en la cama. Camina, corre, va al gimnasio, mira la tele, limpia, toca un instrumento, el clarinete, se hace un curso de DJ. Lo que sea. Pero eso tiene sus ventajas y sus desventajas. La ventaja es que uno envejece menos. La desventaja es que si uno optimiza el tiempo entonces podría ganar más dinero para que el tiempo que uno tiene libre lo pueda disfrutar mucho más. Por ejemplo, en vez de caminar por Flores, salir a caminar por las calles de París. Aunque más no sea por un mes o por quince días. Eso sí, contra una vida de trabajo. Para pensar.